lunes, 11 de abril de 2011

Dédalo e Ícaro

Dédalo era un gran inventor que vivía en Atenas. Su sobrino Talos era su discípulo, pero pronto resulto más inteligente que el mismo Dédalo porque con solo doce años de edad inventó la sierra, inspirándose en la espina de los peces. Dédalo sintió mucha envidia de su sobrino y lo mató empujándole desde lo alto de la Acrópolis. Para evitar ser castigado por los atenienses, huyó a la isla de Creta donde el rey Minos lo recibió muy amistosamente y le encargó muchos trabajos. Dédalo se casó con una mujer de Creta y tuvo un hijo llamado Ícaro.
El rey Minos ofendió al dios Poseidón y éste se vengó haciendo que la reina Pasifae, esposa de Minos, se enamorara de un toro, Fruto de este amor nació el Minotauro, monstruo mitad hombre y mitad toro, Para encerrar al Minotauro, Minos ordenó a Dédalo construyese un laberinto formado por muchísimos pasillos y pasadizos dispuestos de una forma tan complicada que era imposible encontrar la salida. Pero Minos, para que nadie supiera cómo se podia salir del laberinto, encerró dentro a Dédalo y a su hijo Ícaro.
Estuvieron allí encerrados durante mucho tiempo hasta que a Dédalo se le ocurrió la idea de fabricar unas alas, con plumas de pájaros y cera de abejas, así podrían escapar volando de Creta. Antes de salir Dédalo le advirtió a su hijo Ícaro que no volaran demasiado alto porque si se acercaba al sol la cera se derretiría y tampoco demasiado bajo porque se le mojarían las alas y se haría demasiado pesadas para poder volar.
Empezaron el viaje y al principio Ícaro volaba al lado de su padre, pero después empezó a volar cada vez mas alto y se acerco tanto al sol que se derritió la cera que sujetaba las plumas de sus alas, cayó al mar y se ahogo. Dédalo recogió a su hijo y lo enterró en una pequeña isla que más tarde recibió el nombre de Icaria.
Dédalo llego a la isla de Sicilia, donde vivió hasta su muerte en la corte del rey Cócalo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario